Reseña: La Dama de Hierro

The Iron Lady es una excelente demostración de que es posible combinar una actuación extraordinaria en una película simplemente mala… de hecho, uno se queda con la sensación de que intentaron provocar admiración por este personaje (¿manipular la historia?), apelando a conmovernos con la fragilidad de Tatcher en su vejez y enfermedad. Esa humanidad hay que respetarla y más de uno se sentirá identificado con ella, pero no alcanza para conocer y admirar un personaje tan polémico que en 2002 apareció en el puesto 16 entre los 100 mejores ingleses (y primera entre los vivos de esa lista) y en el puesto 3 entre los «100 peores ingleses» (cita sin referencia en wikipedia).

Su política económica de mano dura, su relación con la oposición parlamentaria que la acusó de desmantelar el estado de bienestar, su caída a pesar de ser reivindicada por los resultados económicos, su postura contra el comunismo, su concordancia con Ronald Reagan (apenas un vals en la película) y su manejo de la Guerra de las Malvinas en la que el hundimiento del Belgrano, si somos honestos, fue un crimen de guerra, peor aún, una burda estrategia para encender patrioterismos y obtener beneficios electorales. Todo eso está… pero la verdad es que no está en la película. Triste época en la que nos resignamos a echar un vistazo superficial a las vidas en lugar de comprometernos a contemplarlas en profundidad. Más que un homenaje parece una traición a la persona. ¿Acaso hacemos eso en nuestro día a día reduciendo la amistad a repasar escenas y frases como si visitáramos el perfil de facebook de nuestros «amigos»?

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